No hay nada más impensable para un ateo como el milagro del surgimiento de una pierna de alguien que la ha perdido total o parcialmente. Así lo demuestran muchas manifestaciones de racionalistas (ateos, agnósticos, deístas, increyentes,...) de todos los tiempos. Pocos conocen que ese tipo de milagro, y aún mayores que él, sí se ha producido en la historia.
miércoles, 15 de octubre de 2008
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