Hoy se oye hablar mucho de los derechos humanos.
Pero no se habla de los derechos de Dios.
Y sin embargo, los derechos humanos y los derechos de Dios,
van estrechamente ligados.
Allí donde Dios y su ley no son respetados,
el hombre ya no puede hacer prevalecer sus derechos.
El descubrimiento del señorío de Dios
nos conduce al descubrimiento de la realidad del hombre.
Si reconocemos el derecho de Dios,
seremos capaces de reconocer el derecho de los hombres.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario