sábado, 22 de noviembre de 2008

Conociendo a Dios


* El Dios escondido

«Toda religión que no afirme, en primer lugar, que Dios está escondido,
no puede tenerse por verdadera» (Blaise Pascal).

En una entrevista que poco antes de su muerte le hicieron a Isaac Asimov, celebre divulgador de la ciencia, le interrogaron sobre su pensamiento sobre Dios, éste manifestó su ateísmo, y el entrevistador profundizando algo más le dijo: «Y si tras la muerte..., en el más allá se encontrará realmente con Dios, ¿qué le diría usted a Él?». Asimov, después de dudar un rato, contestó: «Le diría que podría haber sido un poco más explícito, que se podría haber manifestado con una mayor claridad... pues yo no lo pude percibir en toda mi dilatada vida». Esta respuesta, además de estar cargada de un absoluto positivismo (yo sólo acepto como real aquello que percibo por mis sentidos) es injusta y muy poco científica, pues son muchas las cosas reales que en filosofía y en la ciencia se conocen indirectamente, después del estudio profundo y serio de sus efectos secundarios.

Hoy hay muchos racionalistas que como Asimov opinan que Dios se debería manifestar, clara e inequívocamente, a los científicos y sabios del mundo, para que así éstos certificaran oficialmente su existencia. Muy diferente es la estrategia que ha elegido Dios, consistente en dar suficiente luz a quien quiere creer y suficiente sombra a quien no quiere creer. Mientras dura la vida terrena el hombre «ve como en un espejo, de forma confusa», pues sucedió que con el pecado perdió la integridad primigenia del paraíso: de tener una visión perfecta pasó a tener una visión borrosa y confusa (I Cor 13, 12). Así ahora es como si Dios jugara al escondite con el hombre: si se descubriera totalmente, dejaría de tener merito creer en Él; si no se descubriera en absoluto, no habría fe.

* ¿ Pero Dios se descubre o no ?

Dios sí se descubre de manera clara y explícita, pero sólo a los pequeños y sencillos para así "confundir a los sabios y entendidos de este mundo". Lo trágico es que los sabios de este mundo no saben aún donde está la auténtica sabiduría. La sabiduría (en el sentido bíblico) no es una acumulación de conocimientos prácticos y útiles que sirven al hombre para andar confiadamente por la vida, realmente la sabiduría es una lucha por la verdad, una guerra continua, a veces, descorazonadora en la que el éxito o el fracaso se basa en la apertura a Dios, que como hemos dicho, no se descubre nunca enteramente al hombre. Si no lo hace es por su infinita bondad, ya que nosotros necesitamos "no verle" para así "creyendo sin ver" ganemos meritos para la verdadera vida (aquella que se inicia con la muerte). Pues el creer implica un fiarse de Dios, al igual que el pequeño cree naturalmente en sus padres porque se fía de lo que le dicen, de lo que le dan, etc. Es entonces cuando Dios concede la sabiduría y la inteligencia como dones.

* ¿ Es cognoscible Dios ?

Respecto a la cognoscibilidad de Dios, es un error muy típico de muchos racionalistas el pensar que como Dios es Infinito, .... es por ello incognoscible, es decir, "no podríamos conocer nada afirmativo sobre Él"..., algo así, como que nuestro intelecto no puede captar ninguna faceta de Dios "porque en nuestra mente finita sólo tendría cabida lo finito". Es un doble error, por una parte es una confusión entre los términos "incomprensible" (algo no abarcable por el intelecto) e "incognoscible" (algo que no puede ser conocido). Permitidme poner un ejemplo de Física: el conjunto de todos los fenómenos físicos que pueden acontecer en el universo sería "algo incomprensible" porque serían demasiados para ser captados por las 10^15 neuronas del cerebro, sin embargo, en física, la conducta del universo es perfectamente 'cognoscible' por los científicos, con un conocimiento verdadero (aunque incompleto), en realidad, la cosmología clásica -rama de la física que estudia el comportamiento global del universo- se ha desarrollado ya hasta los límites máximos. Pero, además, se trata de un error teológico, pues en ello no se tiene en cuenta, que el conocimiento de Dios que tiene el católico procede de una iluminación de la gracia, a través del Espíritu Santo, en el que están implicados el don de la sabiduría como el don de la inteligencia . Es por todo esto, que son las personas más humildes -y no las más doctas- las que mejor conocimiento tienen de Dios.


jueves, 13 de noviembre de 2008

El día del Señor


« Antes de venir como Juez, abriré de par en par la gran puerta de la Misericordia. Quien no quiera pasar por esta puerta, tendrá que pasar por la de mi Justicia. ... ¡Ay ! qué terrible será ese día ante el cual hasta los ángeles del Cielo tiemblan ». (Jesús a sor Faustina, año1935)


Es muy común entre los partidarios de doctrinas orientales decir que «el budismo (etc...) no es una religión sino una filosofía». Yo se lo he oído decir mucho a un amigo usando tono peyorativo hacia la religión Católica, por ser, ella sí, una 'simple religión'. Muy poco saben esos filosofistas que la doctrina Católica es una religión, y una filosofía, y una moral, y una... –ilimitada cantidad de "ys", en consonancia con el concepto "et-et"[1]–, pero sobre todo y ante todo es una Historia.

Pues sí, ante todo es la Historia de la Salvación del hombre corrompido por el pecado. Esta feliz Historia, como Buena Nueva, abarca desde el comienzo del hombre moderno (inclusive antes de ello) hasta nuestro tiempo (inclusive después de éste). Esta Historia está plagada de manifestaciones de Dios, en cumplimiento de su plan de Revelación, a través de obras y palabras divinas. En su sabiduría, Dios utiliza toda una pedagogía, adaptándose al hombre, sirviéndose de acontecimientos y palabras humanas para comunicar su designio, y lo hace progresivamente, por etapas. Jesucristo no sólo es el mayor de los rabíes, no sólo es el mayor de los profetas, ... sino que es el Hijo eterno del Dios altísimo, que, para nuestra salvación, se ha hecho hombre. Jesús es el Mesías de Israel, del que habían hablado todos los profetas, que en su vida terrenal se dedica a hacer obras portentosas, actos de bondad y misericordia, signos, milagros y expulsión de demonios, se muestra como Señor de la Ley, predica sabiamente y, sobre todo, anuncia la llegada del Reino de Dios. Para despedirse de sus discípulos, vence a la muerte, tolerando pacientemente el odio del enemigo, para después resucitar, glorificado y exaltado, ascender a los Cielos y enviar el Espíritu Santo a la Iglesia Católica, para que ésta no se desvíe jamás de la verdad.

A David se le había había anunciado un trono divino que no va a ser derribado jamás : «Yo (el Señor) a uno de tus descendientes confirmaré el Reino para siempre... Mi trono quedará establecido para siempre.»(2 Sam 7,12-16). También el profeta Isaías proclama que nacerá un niño del linaje de David al que se le dará el poder de gobernar un reino universal y eterno (Is 9,6-7). Y el día de la Anunciación, el ángel del Señor le dijo a la Virgen María: «... darás a luz un hijo, a quien le pondrás por nombre Jesús, ... reinará en la casa de Jacob por los siglos, y su Reino no tendrá fin» (Lc. 1,30-33).

En principio, todo ello es una clara profecía que aún no se ha cumplido. Hay que reconocer que Cristo no ha reinado en ninguna nación, y menos aún en la casa de Jacob (Israel). Esto ha provocado en los cristianos tres posturas, todas erróneas: (1) Desde los tiempos de A. V. Harnack, algunos protestantes y los modernistas han degradado a Jesús, poniendo en duda su divinidad, diciendo osadamente que «se equivocó (sic) al predicar la inminente llegada del Reino, porque tal cosa no sucedió núnca ». (2) Otros cristianos, probablemente por impaciencia, al ver incumplida (hasta el día de hoy) la profecía por antonomasia, decidieron hacerse increyentes y considerar "un mito" todo el Evangelio. (3) Finalmente otros, se mantuvieron pacientes, pero piensan que su cumplimiento sucederá con el Fin del Mundo. Esta última es una opinión honesta, sin embargo errónea, porque con la Parusía, en el Cielo ya no habrá distinción de naciones (carecerá se sentido ya "Israel" o "la casa de Jacob"), además está escrito «... reina sobre la Tierra» (Ap 5,10) , «... ya llega el reino de Dios y de su Mesías sobre el mundo...» (Ap 11, 15), así como también se deduce de la profecías de Daniel, o de varios salmos, el Reino de Cristo comenzará indudablemente en la Tierra. Este aspecto terrenal del Reino ha sido bien explicado por algunos teólogos (leer por ejemplo "Maran Atha" ¡El Señor vuelve!. Eusebio García de Pesquera.), asimismo ha sido clarificado minuciosamente en varias revelaciones privadas.

En la Santa Misa, tras la plegaria eucarística, el sacerdote dice: «Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y ascensión al Cielo, mientras esperamos su venida gloriosa...». Efectivamente, estamos esperando un retorno de Cristo a la Tierra –inminente en el tiempo, según las revelaciones privadas–, que no significará el Fin del Mundo (Consumación), sino su Renovación, también llamado "Fin de los tiempos".

Un resumen histórico de la esjatología (tiempos finales) es el siguiente:

– 1. Tras anunciar el Reino y cumplir el plan completo de Redención, Cristo asciende al Cielo (año 33). Contemporáneamente se inicia el "Tiempo de las Naciones" (Gentiles) [2].

– 2. El día del Señor llega para Israel (año 70), que es durísimamente castigada. Israel es arrasada por les ejércitos romanos y los judíos dispersados por entre las Naciones. En contra de lo que algunos piensan, la profecía de Cristo: «Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo esto suceda» (Mt 24,35), se cumplió fielmente, pero sólo para Israel.

– 3. Culmina el "tiempo de las Naciones" (ahora), y llega el día del Señor, grande y terrible. Las naciones gentiles son sojuzgadas, y para ello, el Señor utiliza sus Ejércitos (ángeles moviendo los elementos naturales, plagas y guerras). Durante el tiempo de las Naciones se ha manifestado la Misericordia, infinita de Dios, a continuación llega el tiempo de la Justicia, no menos infinita.

– 4. El regreso de Cristo. Tras el "día del Señor" llega la restauración mesiánica de Israel.

– 5. La Renovación general de hombres y cosas. Cristo comienza su reinado universal y eterno sobre la Tierra. Un reino de verdadera paz "en el que el león cohabita con el cordero". Este Reino será transferido al Cielo en el Fin del Mundo, muchos siglos después.

Notas
[1] El concepto católico "et-et" es lo opuesto al "or-or" de los herejes, cismáticos, cínicos, etc. Mientras que ellos reafirman una entre varias realidades (o Jesús-hombre o Jesús-Dios; o Biblia o Tradición; o fe o razón, ...), la docta doctrina católica no lo hace (y Jesús-hombre y Jesús-Dios; y Biblia y Tradición; y fe y razón, ...).
[2] En el antiguo latín "Nación" es sinónimo de "tierra de gentiles", en contraposición a Israel "tierra de creyentes". El "Tiempo de las Naciones" es el tiempo dado por Dios a las naciones gentiles para que se sometan libremente a la Iglesia.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Engaños del Laicismo


* El engaño del laicismo.

Siguiendo la terminología adulterada de hoy, por "secular" se entiende la progresiva independencia del poder político respecto al poder eclesiástico, y "secular" equivale a "laico", es decir, a no-confesional, pues según los progres, con la secularización el Estado deja de ser confesional, se emancipa de cualquier tutela religiosa y se convierte en un Estado laico.

* La estrategia de los herejes.
La estrategia predilecta de los herejes es deformar el significado de las palabras e ideas para lograr que expresen el sentido de sus pérfidas ideologías. Más tarde, una tropa de propagandistas del error se encarga machaconamente de infiltrar esa deforme ideología en nuestras débiles mentes. Es lo que ha sucedido, por ejemplo, en los últimos cuarenta años con la "Teología de la Liberación", que nació como un nítido concepto de la teología Católica, para ser deformada, y convertida en una especie de doctrina del neo-marxismo, por teólogos como Leonardo Boff y P. Gustavo Gutiérrez.


El "Laicismo" (Secularismo) es un engaño más retorcido aún, pues muchos de sus defensores se escudan en conceptos y expresiones de la "teología de la Secularización", de carácter Protestante –aunque nacida en el ámbito Católico–, pero sin ser teología de la Secularización sino una deformación de ésta de carácter satánico. Comencemos, pues, explicando la teología de la Secularización, surgida en la década de 1960 en el ámbito del pensamiento teológico católico, pero cuyas ideas fueron pronto adoptadas y convenientemente disformadas por teólogos protestantizados como D. Bonhoeffer, J.B. Metz, E. Schillebeeckx.

Indiquemos primeramente lo que es la recta secularización, que según la doctrina de la Iglesia Católica –magisterialmente inerrable (no sometida a error)– debe ser entendida como «una desacralización de lo indebidamente sacralizado», tendría, por tanto, el propósito de purificar lo sagrado de aplicaciones indebidas al campo secular, y de afirmar la justa autonomía secular de las realidades temporales, según la enseñanza del concilio Vaticano II (GS 36). Aquí hay dos términos técnicos antagónicos que deben aclararse previamente: (1) "Secular", término que procede del latín seculare, que significa "siglo" (el tiempo limitado, la vida) pero también "mundo”. De ahí que secular se refiera a todo aquello que es mundano, por oposición a lo espiritual, divino y "sagrado". Precisamente el otro término a aclarar es: (2) "Sagrado", pero sucede que tal término ha sido también sometido a deformación, por lo que debemos purificarlo de las deformidades añadidas.

* ¿ Cuál es el significado de "Sagrado" ?.
El término "sagrado" se ha utilizado de forma tan dispar que ha llegado a adquirir un significado ambiguo para el ciudadano corriente. Se confunde el significado pagano del término con el significado de la teología católica, que dicho sea de paso, ya no más se explica a la gente. Y para colmo, desde los estudios de E. Durkheim (1858-1917) sobre la historia de las religiones, se ha estandarizado su definición de "lo sagrado", que no concuerda con el significado católico. Investigar por diccionarios o "wikipedias" es inútil, no se halla más que el significado histórico del término, el cual asegura que en la historia del pensamiento humano hay dos categorías de cosas, radicalmente opuestas y profundamente diferenciadas, lo sagrado y lo profano. "Lo sagrado" sería lo más fundamental de una religión, aquello que transciende a lo natural, lo relativo a las hierofonías, ...
Para el judaísmo, sagrado es aquello instituido por Yahvé, así en el Levítico está escrito que son sagradas ciertas criaturas, lugares o personas, escrituras o ritos, especialmente elegidas por Yahvé en orden a la santificación de los hombres y a Su propio culto. El propio pueblo de Israel o el templo de Jerusalén son "sagrados" en este sentido judío. Para la Iglesia Católica, el Judaísmo prefigura(1) el Cristianismo, por lo que ese sentido de "sagrado" es válido pero insuficiente. Para no alargarnos demasiado hagamos sólo un resumen de la noción cristiana de "sagrado": es una criatura (objeto o persona) que por iniciativa divina está destinada a santificar a las personas, haciéndolo en modo visible (signo) a través de acciones invisibles de la gracia. Por ejemplo, son sagrados los sacramentos, los ritos litúrgicos, los templos, fiestas religiosas, la Iglesia, los sacerdotes, etc.
Un aspecto de lo sagrado está en que "sana y levanta lo secular del hombre", es decir, el hombre, por estar en el siglo, tiene una naturaleza herida (o "caída"). La celebración de un sacramento de la Iglesia, por ejemplo, como acto sagrado eleva la naturaleza de quien lo recibe. Nuestros ojos humanos no perciben ahora la acción, la elevación de la naturaleza humana –sí la perciben, por ejemplo, los ángeles–, nosotros sólo vemos el signo, el rito sacramental, como algo físico que acontece en el siglo. Los protestantes, agnósticos, etc. no creen en este aspecto crucial del cristianismo, pues no entienden bien la noción de "sagrado".

* ¿ Qué dice la errónea "teología de la Secularización"?.
Básicamente comienza por afirmar que la sacralidad cristiana es o debería ser puramente interior. Éste es un error teológico, un mal entendimiento de la verdadera naturaleza de lo sagrado cristiano. Y de este error se siguen en la práctica dos actitudes falsas, una más moderada, otra más radical: La moderada piensa que la apariencia sensible de lo sagrado debe asemejarse lo más posible a lo profano, tanto en personas como en lugares, celebraciones o cosas. La distinción sería motivo de separación. A mayor semejanza en las formas exteriores, mayor unión –dicen ellos–, mayor facilidad de acceso a los hombres. Aún hay peor error en la postura radical, que considera que se debe quitar de lo sagrado cristiano toda significación sensible peculiar. Fuera el cáliz dorado, mejor un vaso. No un templo, sino una sala de reunión. Nada de fiestas peculiarmente religiosas, ni de vestimentas litúrgicas, ni de hábitos religiosos. Todo lo sagrado-sensible sería una paganización o judaización del Evangelio genuino. Para los teólogos que defendían estos errores, lo "sagrado" es algo que había cumplido su función en el pasado (cuando el hombre no había llegado a su plena madurez), pero ahora, en la post-modernidad, el hombre debe aprender a arreglarse por sí mismo. El siglo, el mundo, sería una oferta de Dios al hombre para que se emancipe de la sacralidad del mundo, y pueda construir un "reino" secular en él.
Muy por el contrario, el católico en comunión con la Iglesia, sabe que lo sagrado –aún siendo invisible– tiene una tendencia a la manifestación, porque «lo sagrado hace visible lo invisible». Puesto que pertenece a la naturaleza de lo sagrado hacer visible la gracia invisible, el creyente procura que lo sagrado se vea, se oiga, se distinga, y sea un signo claro, bello, atrayente, expresivo. No pretende en principio ocultar lo sagrado, o atenuar lo más posible su significación sensible. Al contrario, por principio trata de que sea manifiesto y bien visible. Y así el templo tiene una forma peculiar, completamente distinta de las casas seculares. También el sacerdote o el religioso, por su especial consagración, presentan unas vestimentas que hacen visible su condición de ministros y testigos del Señor. El sonido de las campanas aporta forma sonora al mundo de la gracia. El canto religioso no es simplemente una melodía secular a la que se le ha aplicado una letra piadosa, sino que posee una expresividad especial. Las fiestas colectivas o familiares, bautizos y bodas, comuniones y funerales, que jalonan la vida humana, tienen también en el mundo cristiano formas sagradas peculiares.

En este país nuestro, las huestes de Satanás han batallado con todas sus armas de engaño hasta oscurecer, una vez más, un concepto claro, nítido y fundamental de la Iglesia Católica. Pero no contentos con trabajar en deformar los textos, la tradición, las costumbres, la teología y la doctrina verdadera, se han empeñado ahora en acabar con todo vestigio sagrado de la vista de los ciudadanos. Esto es el secularismo (o laicismo), la actitud demoníaca de erradicar de un país católico todo vestigio sagrado.

Notas :
[
1] En la Teología de la Historia se distinguen acontecimientos antiguos que son proto-tipo (o prefigura) de otros acontecimientos futuros más espirituales, llamados tipo (o figurado). Por ejemplo, el Arca de Noe es prefigura de lo que posteriormente será la Iglesia Católica, un navío que navega entre las aguas turbulentas, y, cuyas almas, viajando dentro de ella, se libran de la muerte.